
El Vado.
Cuando en 1950 se inician las obras del embalse de El Vado, el destino de la aldea estaba sellado. La expropiación forzosa obliga a sus habitantes a emigrar.
Las únicas construcciones que quedaron por encima de la cota del embalse fueron la iglesia de Nuestra Señora de la Blanca; y a un lado del camino que unía La Vereda con El Vado, las ruinas de la Ermita de Nuestra Señora de las Angustias, un edificio muy sencillo que fue reconstruido por los vecinos en 1767 siguiendo los patrones de la arquitectura popular.
Las demás construcciones, incluido el puente y el molino sobre el río Jarama, la fuente y eras cercanas, sólo pueden verse cuando las aguas del embalse bajan lo suficiente; generalmente en los meses de verano. De hecho se puede caminar por el puente pareciendo que caminas sobre las aguas.
Los restos de la actual Iglesia de Nuestra Señora de la Blanca datan del siglo XVI, pero fueron levantados sobre una iglesia anterior, llamada Santa María del Vado, que posiblemente se erigió en el siglo XIV. Está construida en mampostería de pizarra (material característico de la Arquitectura Negra, de la cual El Vado era un exponente) y sillería de piedra en esquinas, cornisas, portadas y espadaña.
Consta de tres naves a las que les falta el tejado, separadas por tres arcos de medio punto realizados en pizarra, una capilla cuadrada cubierta por una bóveda de cañón y espadaña triangular de doble campana.